Princesas, la prostitución sin tabúes en el cine
El mundo de la prostitución se ha llevado al cine en numerosas ocasiones, desde prismas muy diversos. Tenemos películas donde la prostituta era casi una chica ingenua de gran corazón que realizaba esos servicios “inmorales” por pura necesidad, como en Irma La Dulce. En otros muchos casos, las prostitutas han sido blanco de degradación y señalamiento. Mujeres sin cultura, que se ven abocadas a este tipo de servicios pero que no tienen remordimientos en timar a sus clientes. Son ficciones, pero como ya sabemos a estas alturas, las películas, las novelas y las series marcan también nuestra realidad, nuestra forma de entender lo que nos rodea. Y si la prostitución se muestra de esa manera en los productos que toda la sociedad consume, al final ese poso va calando en nosotros de una forma inexorable. Hay mucho que contar sobre este oficio, pero por desgracia casi siempre se hace desde un punto de vista negativo, tópico o totalmente irreal.
Por eso, cuando una película dramática sobre la prostitución refleja de verdad cómo es la situación de estas mujeres, suele llamar mucho la atención. No es que sean muchas, porque casi siempre se acaba tirando de melodramatismo o de exageración al hablar de un sector que no es tan popular entre el gran público. La imagen que la sociedad tiene de las prostitutas está muy limitada, y salirse de ella puede suponer un riesgo para el director o el guionista de turno. Por fortuna hay creadores muy valientes que saben cómo plasmar la realidad dura e incluso triste con una sensibilidad única. Uno de ellos es Fernando León de Aranoa, que estrenó en 2005 una de sus películas más recordadas, Princesas. El director español, tras hablar del extrarradio en Barrio, Familia y Los Lunes al Sol, quería acercarse directamente a la realidad que viven las trabajadoras sexuales. Mostrar cómo están marginadas y son señaladas, ocultando en muchas ocasiones su oficio a sus propios seres queridos. Como dentro de ese colectivo hay un gran compañerismo, pero también riñas y estigmatización con las que vienen de fuera, por ejemplo. Princesas se ha convertido en un film de culto con el paso del tiempo, y hoy queremos hablar un poco más de ella.